Este texto trata de una obra de arte expuesta en Art Basel en 2019 y de Raúl Portillo Sama, el cubano que formó parte de ella. Mi encuentro fortuito con Raúl en La Habana planteó preguntas sobre la «zootización» de La Habana Vieja y los lugares altamente turísticos.

Raúl, una obra de arte vivante

Un día de junio de 2019, un amigo cuya esposa es arquitecta me dice que ella fue a Art Basel y se vio afectada por una obra de arte. Era una reproducción de una escena callejera en La Habana; un cubano sentado en la pequeña abertura de una gran puerta de hierro. Los visitantes se detenían frente a la obra, comentabán sobre ella, tomabán fotos de ella, sin abordar el personaje, como si se fuera un mueble, un objeto que forma parte de la obra. Se sentía incómoda, sintiéndose como si estuviera en un zoológico.

Art Basel es una de las mayores ferias internacionales de arte contemporáneo, que reúne a casi 4.000 artistas al año.

Cuando mi amigo me habló de este»desempeño», empecé a buscar un artículo sobre el tema. Descubrí que, de hecho, un artista kosovar, Sislej Xhafa, había montado esta obra. Mientras caminaba por las calles de La Habana un día, donde estuvo presente como parte de un evento artístico, fotografió a Raúl Portillo Sama, sentado en la apertura de la cortina de hierro de la bodega para la cúal trabajaba. Un tiempo después, un colaborador de la galería con la cúal Sislej Xhafa colaboraba, volvió a hablar con Raúl y logró convencerlo de participar en la exposición de Arte de Basilea. Se trataba de recrear el ambiente de esta calle de La Habana, alrededor de la puerta de esta bodega, con Raúl sentado en la apertura, como siempre. El artista tituló la obra «Ovoid Solitud», refiriéndose al vendedor de huevos, sentado, solo, en la apertura de su bodega y mirando la gente pasar por la calle.

Fuente: https://www.rivistasegno.eu/tour-art-unlimited-basel/

La actuación presentada en Art Basel complació a algunos, pero disgustó a otros. De hecho, esta sensación de estar en un zoológico humano no fue bien experimentada por una parte del público. Hay que recordar que en Europa, los zoológicos humanos, donde «salvajes» o «tribus» se presentaban en «su elemento natural», al publico occidental en busca de exotismo, han existido durante mucho tiempo. Con el tiempo, estas exposiciones han sido criticadas como extremadamente racistas, degradantes y totalmente contrarias a los derechos humanos. Sin embargo, estas exposiciones duraron hasta muy tarde (en 2005, una aldea africana fue inaugurada en el Zoológico de Augsburgo en Alemania).

Cuando leí el artículo sobre la obra, me enteré de que Raúl Portillo Sama estaba trabajando en una bodega en la calle Teniente Rey y que allí había sido visto por el artista. La calle Teniente Rey no está lejos de nuestra casa particular y a menudo paso por ella. Es muy agradable a caminar. Sin embargo, nunca me había fijado en Raúl en su puerta de hierro.

Mi encuentro fortuito con Raúl

Unos meses más tarde, después de haber olvidado por completo esta historia, había salido de nuestra casa particular para caminar por el vecindario. Estaba caminando por la calle, cuando de repente una sensación de «ya visto» pasó a través de mí. Acababa de pasar frente a Raúl, sentado en la pequeña abertura de su cortina de hierro. Me detuve, me di la vuelta y le dije: «Oye, pero usted estuvo en Art Basel??!. Y Raúl respondió con una amplia sonrisa «Sí, sí, soy yo!». Así que empezamos una agradable conversación sobre su experiencia, su viaje a Suiza, sus proyectos futuros. Me ofreció un café y no pude evitar preguntarle si podía tomarle una foto. Siempre de buen humor, con mucho gusto aceptó. Me dijo lo mucho que había amado a Suiza, que la gente había sido muy amable con él, que estaba planeado, como parte de la obra, que pronto visitaría Rusia y Japón. Sin embargo, disfruta de seguir trabajando en su bodega e de interactuar con la gente que pasan por allá.

Zootización de lo exótico, aquí y en otros lugares

A través de esta obra, el artista Sislej Xhafa quiso mostrar la sensación de soledad. Para mí, esta obra, que no he tenido la oportunidad de ver en Art Basel, también expresa muchas otras cosas. Durante mi conversación con Raúl, algunos turistas pasaron por delante de nosotros y nos tomaron en fotos. Sin pedir nuestro consentimiento, sin siquiera hablarnos. Cada vez que alguien lo hacía, yo decía, «¿Pero sabe quién es este hombre? ¿Sabe que es una obra de arte?» y la reacción de la gente fue o estar interesado en la historia o irse muy rápido sin decir una palabra. La «zootización» de la Habana Vieja. Así es como lo siento. La «zootización» de lugares muy turísticos, en Cuba o en otras partes del mundo. El hecho de que muchos turistas se comportan como si estuvieran en un zoológico humano cuando viajan. Las calles, los edificios y las personas se transforman en objetos y se utilizan para satisfacer su deseo de exotismo. Estamos de acuerdo, no todos los turistas se comportan así, pero hay una buena cantidad y lo siento de una manera muy negativa.

¿Para qué se toman las fotos? ¿No es mejor conocer a una persona, hablar con ella, conocer su vida, sus sentimientos, sus aspiraciones, que de no decirle una palabra y luego mostrar su imagen como un trofeo? Al mínimo, pregúntele si está de acuerdo para ser fotografiada y en cuales condiciones. ¿Estarían de acuerdo las personas que se comportan así en que total extranjeros harían lo mismo con sus padres, sus hijos o ellos mismos? Nunca hagas a los demás lo que no aprecias que te hicieran.

Finalmente, esta obra de arte, que tuve la suerte de poder admirar en su estado original, me hizo viajar, reflexionar, imaginar, conocer a la gente. Para mí, tiene un significado especial, ciertamente diferente del significado que la artista le dio inicialmente. Pero lo que la convierte en una obra de arte es todo lo que cuestiona. ¿Y acaso el arte no es eso? El arte debe despertar emociones, negativas o positivas. Y para mí, cuando más nos mueve una obra de arte, más nos cuestiona, más poderosa es.

Al final, lo más importante es eso. Esto y también el sentimiento de Raúl y de su experiencia. Por su parte, estaba muy feliz y quiere poder viajar de nuevo, conocer gente nueva y poder, a su vez, ser un turista que descubre otros paisajes y personajes exóticos. Con el mismo respeto que espera de los demás.

Si está planeando un viaje a La Habana, no dude en ponerse en contacto con nosotros. Nuestra casa particular está idealmente ubicada en el barrio de La Habana Vieja, muy cerca del Capitolio, sobre el cuál disfrutará de una magnífica vista desde nuestro balcón! También podemos ayudarle en la preparación de su circuito cubano. Y quizas encontrará a Raúl frente a su bodega 🙂